La vereda el Tomate es el centro de una telaraña en la cual hay un entramado de fincas manejadas por las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, justo en esa vereda era el lugar de destino de la comisión judicial especializada en restitución de tierras la cual fue atacada el 11 de abril con explosivos en zona rural del municipio de San Juan de Urabá, Antioquia.
El ataque dejó un saldo de ocho policías quienes se movilizaban en la primera camioneta que escoltaba al equipo dirigido por una Juez Itinerante en Restitución de Tierras.
La parcela que iba a inspeccionar la comisión atacada, de 21,5 hectáreas, está incluida en el registro de tierras despojadas por Jesús Ignacio Roldán Pérez, alias ‘Monoleche’, un exparamilitar que ya saldó sus cuentas con el proceso de Justicia y Paz y se encuentra libre.
“El exparamilitar ‘Monoleche’ tiene mucha tierra en ese sector”, afirma la mujer consultada por este portal, quien por razones seguridad, solicitó la reserva de su identidad. “En algunas fincas tiene sembrados muchos palos de teka y en otras, ganado”, agrega.
Buena parte de las solicitudes de restitución en esta zona del Urabá antioqueño indican que fueron despojados por alias ‘Monoleche’, quien tuvo una fuerte presencia en la región como escolta personal de Vicente Castaño Gil a quien se le atribuye la creación de las autodefensas gaitanistas de colombia sobre la base de desmovilizados de las Auc.
Alias ‘Monoleche’ figuró entre los testigos aprobados por el Tribunal Superior de Antioquia y formo parte del material para probar la inocencia de Santiago Uribe hermano del expresidente Álvaro Uribe, que fue investigado por la conformación del grupo paramilitar “Los 12 apóstoles” y su supuesta responsabilidad en el homicidio de Camilo Barrientos.
Este horrible ataque impactara el futuro de los reclamantes de esa región que ya lograron una sentencia de restitución y que su reparación integral depende de contar con condiciones de seguridad para vivir en sus tierras y desarrollar proyectos productivos.
Este horrible ataque impactara el futuro de los reclamantes de esa región que ya lograron una sentencia de restitución y que su reparación integral depende de contar con condiciones de seguridad para vivir en sus tierras y desarrollar proyectos productivos.