El discurso del candidato de la colombia humana ha logrado calar en departamentos en los que Uribe, Santos y Vargas Lleras han sido grandes electores. ¿A qué se debe este vertiginoso repunte?
Uno de los momentos más icónicos de la actual campaña de Gustavo Petro tuvo lugar en la plaza María Villa de Montería, el 7 de abril pasado. Las calles de la ciudad que históricamente han sido fortín del uribismo y el santismo, de golpe se abarrotaron de fervorosos que simpatizaban con el candidato de la Colombia Humana.
Pero días antes de la visita había gran expectativa por saber si Petro sería capaz de convocar a tantos miles de seguidores en un departamento donde Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe han ganado las últimas elecciones presidenciales. Y en efecto, sucedió.
Esa estrategia de Petro de llenar plazas en la costa parece estar surtiendo efecto a la hora de medir su favorabilidad. Según la más reciente encuesta de Invamer, contratada por SEMANA, Caracol Noticias y Blu Radio, el exalcalde de Bogotá tiene en el Caribe colombiano el más alto porcentaje de intención de voto.
Mientras Petro alcanza en la costa un 49 %, Iván Duque registra 33,9 %; Germán Vargas Lleras, 13,3 %; y Viviane Morales, 2,5 %. Humberto de la Calle y Sergio Fajardo salen empatados con el 0,7 %, cada uno.
Los departamentos del Caribe que fueron incluidos dentro de la encuesta fueron Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena y Sucre. Y en todas las capitales de la región ha estado Petro montado en una tarima. Personas de la campaña del exalcalde de Bogotá aseguran incluso que Montería, Mompox y Barranquilla están dentro de las plazas más representativas que han dejado las correrías por todo el país
Los resultados de las encuestas parecen estar recompensando el discurso de Petro, y es que en cada uno de los lugares del Caribe que ha visitado, el exalcalde de Bogotá no ha desaprovechado oportunidad para señalar a las familias de gobernantes que en la región se han visto involucradas en históricos escándalos de corrupción. Su discurso frente a lo sucedido con Kiko Gómez en La Guajira; la familia Gnecco, en el Cesar; y el exgobernador Alejandro Lyons, en Córdoba -por citar tan solo tres ejemplos-, parece estar calando entre los costeños.
Lo anterior podría coincidir, además, con uno de los resultados que arrojó la encuesta Invamer, cuando le preguntaron a los colombianos cuál era el principal problema que debería ser resuelto por el próximo presidente de Colombia. La corrupción fue el tema más votado con un 22,5%.
De los departamentos de la costa, Córdoba no deja de ser el más simbólico, Por varias razones. Podría decirse que es la segunda tierra de Álvaro Uribe, allí donde tiene su emblemática finca El Ubérrimo. Los resultados de las elecciones presidenciales de 2006, dan cuenta de ello. En esa oportunidad, Uribe obtuvo en todo el departamento 517.292 votos, casi cuatro veces más de los que registró Carlos Gaviria Díaz (q.e.p.d), entonces candidato del Polo Democrático Alternativo. La izquierda en Montería no tenía ningún chance de prosperar.
Para las elecciones presidenciales de 2010 y de 2014, Juan Manuel Santos, con la maquinaria de Bernardo Miguel Elías y Musa Besaile, barrió en los resultados. Córdoba pasó del uribismo al santismo y se catapultó como uno de los escenarios del país más apetecidos para recaudar votos.
Por eso fue que resultó decisiva para la campaña de Petro la masiva concentración que logró en Montería el 7 de abril pasado. El mismo candidato se mostró exaltado a la hora de calificar lo que para muchos resultó siendo una hazaña política: “Es quizás la demostración más grande de la historia de Montería. Expresa la historia de un pueblo que resistió bajo el terror, la barbarie y la corrupción y que con su fuerza le apuesta a una transformación de Colombia a la que debemos responder con nuestro compromiso completo”.