La campaña del No, con una estrategia basada en la indignación, fue la más barata y efectiva en mucho tiempo, al menos así lo sentenció su gerente, el excandidato a la alcaldía de Medellín Juan Carlos Vélez Uribe, en unas declaraciones al diario La República que no pasaron inadvertidas en el polarizado e incierto ambiente político luego de la derrota en las urnas del plebiscito para refrendar los acuerdos, y que le provocaron un inmediato jalón de orejas de su jefe político, el expresidente Álvaro Uribe Vélez. “Hacen daño los compañeros que no cuidan las comunicaciones”, trinó el propio Álvaro Uribe en un evidente regaño al gerente de su campaña.
En la entrevista VELEZ cometió la imprudencia de admitir que “estábamos buscando que la gente saliera a votar berraca”, y esa idea rindió frutos. Y cuando le preguntaron por qué tergiversaron mensajes en la campaña, contestó que “fue lo mismo que hicieron los del Sí”.
“Descubrimos el poder viral de las redes sociales. Por ejemplo, en una visita a Apartadó, Antioquia, un concejal me pasó una imagen de Santos y ‘Timochenko’ con un mensaje de por qué se les iba a dar dinero a los guerrilleros si el país estaba en la olla.
Yo la publiqué en mi Facebook y al sábado pasado tenía 130.000 compartidos con un alcance de seis millones de personas”, le contó el gerente del No al diario económico,“Unos estrategas de Panamá y Brasil nos dijeron que la estrategia era dejar de explicar los acuerdos para centrar el mensaje en la indignación”, dice Vélez en uno de los pasajes más polémicos.
“En emisoras de estratos medios y altos nos basamos en la no impunidad, la elegibilidad y la reforma tributaria, mientras en las emisoras de estratos bajos nos enfocamos en subsidios. En cuanto al segmento en cada región utilizamos sus respectivos acentos, en la costa individualizamos el mensaje de que nos íbamos a convertir en Venezuela”, añadió.
Fernando Quijano, director de La República, acudió a la misma emisora para dejar claro que la larga conversación que sostuvieron con Vélez, de una hora y media, está grabada y que sopesaban publicarla para que la gente sacara sus propias conclusiones. A juzgar por las reacciones, al menos los simpatizantes del Sí ya lo hicieron. El gerente del No se las arregló para atizar la indignación, tanto antes como después del plebiscito.