Ha comenzado a ponerse en práctica por parte del gobierno de uribe un novedoso modelo de reinserción rural, que busca acabar con las preocupaciones de los grupos de desmovilizados, este proyecto se iniciara en las regiones de Urabá, sur del Magdalena, suroeste de Antioquia y los departamentos de Córboba y Cundinamarca en donde se han desmovilizados 4.824 paramilitares y para ello se va a invertir 44.724 millones de pesos para proyectos productivos de palma, cacao, caucho, yuca, ganadería, confecciones y maderables, en un lapso de dos años. El proyecto tendrá acompañamiento de la empresa privada y el gobierno entregará a los desmovilizados de manera individual $2.millones de pesos y a los desplazados, $1.750.000.
Se busca que las personas que entran en el proceso de reinserción, derivado de la desmovilización se conviertan en un aporte real a la paz. La misión del gobierno y la sociedad es convertirlos en ciudadanos de bien.
Aparte del apoyo para sus proyectos productivo también tendrán atención psicosocial para que implementen acciones que les permitan superar sus conflictos, lo cierto es que el estado está buscando por todos los medios, darle un contenido mejor al programa y para ello ha invitado a las administraciones locales a hacerse más partícipes del mismo buscando recursos para entrar a dar soluciones, es que no puede seguir presentándose situaciones de protesta por demás justas, de tomas de oficinas como las del Ministerio del Interior y protestas callejeras, cuando no se cumple con lo prometido y empiecen los reinsertados a sentir la añoranza de que su anterior situación les brindaba mejores condiciones de existencia social y económica familiar.
Se sabe que la simple desmovilización de combatientes sin su reinserción efectiva en la sociedad, genera índices aún mayores de violencia y criminalidad, Por eso es conveniente establecer prioridades de tipo individual y colectivo para evitar fallas que después sean peores.
Se sabe que la simple desmovilización de combatientes sin su reinserción efectiva en la sociedad, genera índices aún mayores de violencia y criminalidad, Por eso es conveniente establecer prioridades de tipo individual y colectivo para evitar fallas que después sean peores.
Observar los programas y la ejecución de proyectos debe convertirse en una norma. Recordar que muchos de los reinsertados no tienen experiencias en procesos productivos ni en inserción familiar, ni en buscar o recibir solidaridad.
Los cambios de fondo en el programa de reinserción deben llegar con urgencia y contemplar tanto ubicación como procedencia de los actores, capacidades y condiciones subjetivas, psicológicas y de comportamiento comunitario en general y para ello contar con los mismos organismos del Estado quienes tendrán que volcar mucha de su infraestructura para atenderlos y convertirlos en ciudadanos productivos y autosuficientes. La ayuda empresarial debe ser un condicionante de esta programación pues de ellos en buena parte, está el logro de la paz del país.
Por último, debe buscarse la integralidad de los procesos de paz. La inversión económica, el diálogo nacional, la firmeza en los acuerdos en lo que respecta a que sean duraderos deben ser como componentes fundamentales del proceso de reinserción. No puede olvidarse que si bien es difícil la incursión en la vida civil, hay que evitar por todos los medios las actividades delictivas que parecen crecer allí donde se han desmovilizado los paramilitares
El reto de la reinserción está en evitar que aparezcan pandillas como las centro americanas y desarmar a esos miles de personas, así como evitar que vayan a conformar nuevos grupos armados y buscar los medios para integrarlos de la mejor manera a la sociedad.
Los cambios de fondo en el programa de reinserción deben llegar con urgencia y contemplar tanto ubicación como procedencia de los actores, capacidades y condiciones subjetivas, psicológicas y de comportamiento comunitario en general y para ello contar con los mismos organismos del Estado quienes tendrán que volcar mucha de su infraestructura para atenderlos y convertirlos en ciudadanos productivos y autosuficientes. La ayuda empresarial debe ser un condicionante de esta programación pues de ellos en buena parte, está el logro de la paz del país.
Por último, debe buscarse la integralidad de los procesos de paz. La inversión económica, el diálogo nacional, la firmeza en los acuerdos en lo que respecta a que sean duraderos deben ser como componentes fundamentales del proceso de reinserción. No puede olvidarse que si bien es difícil la incursión en la vida civil, hay que evitar por todos los medios las actividades delictivas que parecen crecer allí donde se han desmovilizado los paramilitares
El reto de la reinserción está en evitar que aparezcan pandillas como las centro americanas y desarmar a esos miles de personas, así como evitar que vayan a conformar nuevos grupos armados y buscar los medios para integrarlos de la mejor manera a la sociedad.
FUENTE: Santiago de Cali. 2006.
Rubén Darío Guevara Corral, Antropólogo Mg. Salud Pública. Dip. DDHH., Profesor- Investigador Universidad del Valle
Rubén Darío Guevara Corral, Antropólogo Mg. Salud Pública. Dip. DDHH., Profesor- Investigador Universidad del Valle